La Cosa Cine, su desaparición y las razones. Indagación

 

Hoy escribo de una revista que fue muy querida en mi corazón. Busco entender su desaparición de los kioscos. Navegar en su fracaso. En otro post hablaré de su éxito y aspectos positivos. Ahora toca lo malo.

Esta revista aparece a mediados de los noventa producto del entusiasmo de su editor al tener acceso a un dinero. Así lo cuenta él. Buscó un socio y entre los dos llevaron adelante el proyecto. La revista que trataba de temas de nicho no dejaba muchos ingresos. Se cuenta que muchas de las colaboraciones no se pagaban por lo tanto. O se pagaba con especias. Entiéndase DVDs y Merchandising de películas. Así y todo la revista era muy profesional en su formato de publicación. 

La distribución en los primeros años fue pésima. Recuerdo que a Neuquén llegaba un día sí otro día no. Así la conocí. Me encantó el humor, la redacción y los datos de La Cosa. Se volvió mi referente de cine junto con el libro Cine Bizarro de Curubeto. Veía la vanguardia contracultural en sus páginas.

Pero dije que iba a centrarme en sus fracasos. Esos llegaron tarde y cuando la cancelación tocó a sus puertas. Varios factores pueden citarse: llevar adelante una publicación en papel en épocas que todo se pretende digital, la baja calidad del contenido y la inminente llegada del COVID.

El COVID no creo que sea un factor esencial, pero sí que tiró por la borda toda esperanza de resurrección en papel.  De hecho el último número en formato físico dice enero -febrero 2020. Por lo tanto esa dificultad de distribución fue una causa de la no salida en formato físico.

La baja calidad del contenido es otra. Hacía rato que los temas giraron a tópicos más comerciales: el cine bizarro y fantástico dio paso al cine fantástico y luego al cine y más tarde al cine y series. Todo para tener más lectores del tipo gustos generales. Con estos cambios de etiquetas venía cierta pauperrización de lo que se transmitía. Se jugaban menos al defender el cine clase B o de trazo grueso. Lo oscuro y poco conocido cedía su espacio a lo masivo. Al principio ambas cosas convivían en sus páginas. Luego una mató a la otra al ritmo en que la industria cinematográfica asimilaba todo lo contracultural o de gusto popular que no había sido explotado en exceso. Y las notas monográficas cambiaron a reseñas escuetas o anecdotarios breves. El humor que hoy estaría canceladísimo se ocupó con parafraseos de tipo woke con lenguaje inclusivo. Hasta la náusea.

Se volvía muy difícil leer y disfrutar la revista en esos últimos años. Y pienso que tampoco lograron tener un público fiel entre los posibles nuevos lectores que se pudieran sentir atraídos ante su forma y contenido. 

Y si hablamos de lectores poco fieles y de baja circulación surgida en parte por la inminencia y facilidad de acceso a la información digital ya es crónica de una muerte anunciada.

En otros lados del mundo todavía siguen dando vueltas revistas de temas de nicho: el terror, la ciencia ficción, lo bizarro. Pero Argentina no es tierra para sueños alocados. Por eso desapareció la única revista que orgullosamente defendía lo contracultural en el cine. La extraño, incluso me puse a leer sus últimos números tangibles, aunque sean muy poco disfrutables. Hay un espacio vacío sin ella.

Ojalá volvieras con toda tu gloria.