La industria de la falsa denuncia

 Entre astillas de cristales de estas generaciones de jóvenes que ante cualquier molestia denuncian para sacarse de encima a los que les piden esfuerzo para construir el futuro; me toca vivir. Una verdadera época de mierda. Salimos de la complacencia de encerrarse por el COVID a la complacencia de la peste mental woke que fragilidad la mente hasta volverla imbécil y a los jóvenes los malcría para que se responda a todas sus exigencias caprichosas o de los contrario ser juzgado y cancelado o falsamente denunciado. Da lo mismo para la generación de la no inventiva y la innovación. Habrá que ver qué pasa en treinta años con otra generación. Esperemos que ellos sí representen la esperanza que los adultos ponen en la juventud.

Debe saberse la verdad (I)

 Yo soy Mauro Cosentino. El autor de este blog desde hace años. Supe ser docente en varios establecimientos. Tengo problemas de salud mental. Siempre busqué sobreponerme a ellos para ser alguien productivo para mí y la sociedad. No ha sido fácil. Traté mil veces de tapar mis problemas. Pero ellos salen a la luz. Aquí en este lugar les doy espacio. Me hago cargo de mis errores y de mis aciertos. Pero NUNCA lo haré de cosas que yo no hice. No sé manejar las acusaciones falsas. Por más que hoy ello sea el pan nuestro de cada día. Y además no me creo ser ejemplo de nada. Intento hacer las cosas bien al nivel que me es posible. Pero ya no tanto. Por eso tengo mis dos intentos de suicidio documentados y registrados en el sistema de salud pública. Eso no me vuelve un sujeto inútil o peligroso. Lo seré para mi mismo en todo caso. Las internaciones no son agradables. No lo recomiendo. Recomiendo que intenten ser felices a pesar del horror que nos rodea. Yo quise hacerlo y fracasé. También aprendí a perdonar a una persona que me deseó todo el mal que estoy viviendo. No puedo perdonar a todos. Pero a ella sí, ya no me importa. Por eso, digo, no soy alguien que eduque con el ejemplo, solo enseño cosas buenas. El deseo de morir no es Educación, es parte de lo que soy y necesita ser estudiado a lo sumo, no ser dictado. Nunca lo pretendí ni lo haré.