Soy esto. De esta tierra arida que da frutos
Suele suceder que podemos negarnos a querer ver la verdad durante años. Sin querer victimizarme, desde chico fui objeto de un tipo de discriminación muy específico: por el color de mi piel. Potenciado esto por las diferencias físicas claras entre mi familia de crianza y yo mismo. Adultos y niños no pierden un segundo en hacerte notar estas cosas, lo llevarán en la sangre, no sé.
Mi acta de adopción siempre estuvo en mi casa, pero nunca me interesó verla hasta hace poco tiempo. Tuve educación liberal y quiero ser un liberal l progresista. Pero sean zurdos o fachos, los argentinos no dejan de hacerte notar tu diferencia notable. Y tener piel oscura pero un grado de mestizaje alto (no saben de qué pueblo sos) hace que especulen y señalen con el dedo con una zaña temible.
Soy mapuche, en gran parte, eso y la carga genética explica cosas que no entendía de donde salían. No voy a negar lo que soy, después de todo se han pasado años señalándolo. Claro que es importante, y me enorgullece descender de uno de los pueblos que habitaron este continente antes de la movida descubridora.
Si llegan a ver un cambio en la titularidad del blog, se deberá a no negar mi origen, que incluye mi apellido, pero no por rechazo de mi familia de crianza, mis padres de crianza; aunque no todos los parientes que vienen de este lugar son dignos de adhesión y parentezco automático. Acá se nota que apellido no crea necesariamente el parentezco que todas idealizan. Por eso, elijo, remarcar la diferencia y construir mi nuevo viejo nombre de ahora en más, a mis 39 años.
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