A favor del Sepultura liderado por Derrick Green.
Han pasado tantos años desde que se fue Max Cavalera de Sepultura que tengo que hacer memoria para recordar las fechas, después de lanzar Roots y girar por todo el mundo, las peleas entre la manager de la banda y esposa de Max, Gloria Cavalera y el resto de la banda (excluido Max obviamente) llevaron a una ruptura inevitable. De allí surgió Soulfly, el proyecto de Max y el resto continuó con Sepultura. Así fue la novelita que llevó a la separación de estos músicos que tuvieron que repartirse los seguidores que, cuando no, tomaron bandos, siguiendo a una de las agrupaciones y defenestrando a la otra. Existe una tercera postura que es escuchar a las dos bandas críticamente y elegir lo más interesante que tenga para ofrecer cada uno.
Pero en esta historia se puede decir que hubo un "ganador" de esta disputa, Max Cavalera, que por su forma de ser tan histriónica, su carisma de metalero antisistema y la simpleza de carácter que lo hace escribir las letras más simplonas en el inglés básico de turista por Miami, lo llevó en parte a ser el favorito de la hinchada metalera. El primer disco de Soulfly es bastante impresentable, en una parte aparece Fred Durst rapeado, y de sólo recordarlo tengo que tomarme un Valium. La música de Soulfly ha "evolucionado" un poco y los simplones acordes del Nu Metal han quedado atrás. Pero lo hecho, hecho está y a mí esos dos primeros discos me convencen poco, aunque los elementos tribales de Roots estén presentes. Del otro lado del cuadrilátero, sus ex-compañeros también mantuvieron la línea musical establecida en Roots, aunque alejándose de los elementos thrashers de sus años de formación y con los que lograron llamar la atención del público a nivel mundial. Derrick Green, como vocalista es tan limitado como Max Cavalera, pero su desempeño en el escenario es más que correcto, eso sí, no posee la capacidad de Max para la demagogia y la arenga, crucifiquemos al tipo, dijeron los fans, y así lo hicieron.
Pero ya avanzando en el tiempo, veo al Sepultura sin Max como una banda que lleva adelante su trayectoria con gran dignidad, le han puesto la cara a la adversidad de haber perdido la masividad, de vender pocos álbumes (en esto también influye la piratería) y han lanzado discos interesantes musicalmente hablando donde la gran S, ahora liderada por Andreas Kisser ha podido demostrar conceptos ambiciosos desde el aspecto lírico, encarando incluso discos conceptuales, abarcando temáticas poco vistas en su letras antes. En el camino también se tomó el buque Igor, dejando a la banda en una incertidumbre mayor ante los ojos del público, pero ni lentos ni perezosos, Sepultura siguió adelante, incorporando bateros de gran habilidad instrumental, pero el lazo afectivo con la figura ya perdida parece pesar más al oír un disco.
Para mí lo afectivo que viene del lado de lo carismático y lo demagógico tiene poco valor. Sí, tiene valor en ese tipo de argumentación emocional el duro trabajo e incluso la lucha contra un sistema de medios de comunicación y fans abrasivos que se preocupan de desprestigiar a una banda porque se niega a una reunión. Además, me gustan las bandas que se arriesgan, que se le juegan, como hizo Sepultura al mantenerse en sus trece al tener a Derrick Green de frontman, y ni hablar de toda la búsqueda musical y lírico-conceptual que se encaró en el "Nuevo" Sepultura. Yo elijo el bando de ellos.
Pero en esta historia se puede decir que hubo un "ganador" de esta disputa, Max Cavalera, que por su forma de ser tan histriónica, su carisma de metalero antisistema y la simpleza de carácter que lo hace escribir las letras más simplonas en el inglés básico de turista por Miami, lo llevó en parte a ser el favorito de la hinchada metalera. El primer disco de Soulfly es bastante impresentable, en una parte aparece Fred Durst rapeado, y de sólo recordarlo tengo que tomarme un Valium. La música de Soulfly ha "evolucionado" un poco y los simplones acordes del Nu Metal han quedado atrás. Pero lo hecho, hecho está y a mí esos dos primeros discos me convencen poco, aunque los elementos tribales de Roots estén presentes. Del otro lado del cuadrilátero, sus ex-compañeros también mantuvieron la línea musical establecida en Roots, aunque alejándose de los elementos thrashers de sus años de formación y con los que lograron llamar la atención del público a nivel mundial. Derrick Green, como vocalista es tan limitado como Max Cavalera, pero su desempeño en el escenario es más que correcto, eso sí, no posee la capacidad de Max para la demagogia y la arenga, crucifiquemos al tipo, dijeron los fans, y así lo hicieron.
Pero ya avanzando en el tiempo, veo al Sepultura sin Max como una banda que lleva adelante su trayectoria con gran dignidad, le han puesto la cara a la adversidad de haber perdido la masividad, de vender pocos álbumes (en esto también influye la piratería) y han lanzado discos interesantes musicalmente hablando donde la gran S, ahora liderada por Andreas Kisser ha podido demostrar conceptos ambiciosos desde el aspecto lírico, encarando incluso discos conceptuales, abarcando temáticas poco vistas en su letras antes. En el camino también se tomó el buque Igor, dejando a la banda en una incertidumbre mayor ante los ojos del público, pero ni lentos ni perezosos, Sepultura siguió adelante, incorporando bateros de gran habilidad instrumental, pero el lazo afectivo con la figura ya perdida parece pesar más al oír un disco.
Para mí lo afectivo que viene del lado de lo carismático y lo demagógico tiene poco valor. Sí, tiene valor en ese tipo de argumentación emocional el duro trabajo e incluso la lucha contra un sistema de medios de comunicación y fans abrasivos que se preocupan de desprestigiar a una banda porque se niega a una reunión. Además, me gustan las bandas que se arriesgan, que se le juegan, como hizo Sepultura al mantenerse en sus trece al tener a Derrick Green de frontman, y ni hablar de toda la búsqueda musical y lírico-conceptual que se encaró en el "Nuevo" Sepultura. Yo elijo el bando de ellos.
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